Al decidir pasar vuestras próximas vacaciones en un camping con los pies en el agua, accederéis a un terreno de juego inmenso y casi ilimitado.
Si optáis por la fachada atlántica, podréis probar el carro a vela en Vendée, el kitesurf en Charente Marítimo, el stand up paddle en Gironda, el surf en las Landas o la vela en el País Vasco.
Si las aguas tranquilas del Mediterráneo os atraen más, entonces buscad los puntos de submarinismo, las salidas en moto de agua, los desafíos en wakeboard o las carreras de windsurf.
A no ser que prefiráis la playa como terreno de juego. En familia o con amigos, saboread los torneos de voléy-playa o de rugby-playa, los partidos interminables de raquetas o de molky, los castillos de arena de los más pequeños y las piruetas de las cometas de los más mayores.
Para los amantes del agua, los ríos serán la felicidad durante las bajadas en canoa-kayak o en paddle.
Y los lagos y los estanques están repletos de peces que harán a los pescadores los más felices del mundo.
Encontrar el camping con los pies en el agua de vuestros sueños, también supone tener el lujo de tomarse su tiempo, pero sin perderlo. Ya sea con niños o con amigos, podréis vivir unas vacaciones a vuestro ritmo sin tener que pensar en una logística militar. En un camping con los pies en el agua, vuestro alojamiento tendrá acceso directo a la playa, al lago o al río. No hace falta coger el coche ni molestarse en organizar todo el día. Disfrutad de la tranquilidad de ir y venir a vuestras anchas y dependiendo de las ganas de cada uno. Entonces, ¡reservad rápidamente vuestra estancia en un camping con los pies en el agua!